Catedral San Isaac

La Catedral San Isaac fue construida por Pedro el Grande por ser el santo que correspondía a su fecha de nacimiento, 30 de mayo.

En el momento de su construcción era la principal iglesia de la ciudad y la catedral más grande de Rusia, aunque después de la reconstrucción su tamaño se redujo considerablemente, sigue siendo la catedral más grande de la ciudad y un punto importante en todos los recorridos por San Petersburgo. 

Por la altura de su cúpula (101,50 m) es la cuarta catedral más alta del mundo y domina el paisaje de la ciudad, además de ser una de las principales iglesias ortodoxas de San Petersburgo.

La primera iglesia San Isaac, construida en madera, fue consagrada en el año 1707, cuatro años después de la fundación de San Petersburgo. Esta primera iglesia de madera fue reemplazada por otra en piedra que, para mediados del siglo XVIII, aún no se había terminado.

Construcción de la Catedral San Isaac

A principios del siglo XIX el zar Alejandro I encargó al arquitecto francés August Monferrand la construcción de una nueva iglesia, que comenzó en 1818.

Monferrand se encontró con graves problemas porque el terreno era demasiado blando y no iba a soportar el peso del edificio. Recurrió entonces a una técnica que se había usado en muchos edificios de Venecia: pilotes de madera enterrados sobre los que apoyan los cimientos.

La construcción terminó cuarenta años después, en 1858, y fue dedicada a San Isaac de Dalmacia, santo patrono de Pedro el Grande.

El diseño de Monferrand fue criticado por algunos sectores que consideraban que la iglesia, a pesar de su tamaño, era poco llamativa, con sus líneas rectas y volúmenes simples. El zar defendió en todo momento el diseño de Monferrand, ya que admiraba el estilo Imperio de la época napoleónica.

Para que tengas una idea de la magnificencia de esta iglesia, el coste de su construcción fue diez veces superior al del Palacio de Invierno.

Exterior de San Isaac

La Catedral tiene planta de cruz griega con una enorme cúpula central, visible desde todos los puntos del centro histórico, y cuatro cúpulas pequeñas, una en cada esquina. La cúpula central, recubierta de oro, está sostenida por una columnata y una balaustrada decorada con 24 estatuas de ángeles y arcángeles.

Te recomendamos subir hasta el mirador en la columnata bajo la cúpula porque tendrás una espectacular vista de la ciudad. Pero sólo si estás en buen estado físico, porque son 226 escalones y no hay ascensor.

Las cuatro fachadas tienen aspecto de templo griego, cada una con una columnata rematada por un frontón triangular decorado con esculturas y relieves. Cada una de las 112 enormes columnas corintias es de granito de una sola pieza.

Las esculturas del frontón de la puerta oeste representan el encuentro del monje Isaac con el emperador Teodosio y su esposa Flacilla. La figura de Teodosio fue modelada a imagen del zar Alejandro I y la de Flacilla tomando como modelo a  Elizabeth Alexeievna, esposa de Alejandro.

Las puertas están profusamente decoradas con relieves que representan la historia de la cristiandad.

Interior de San Isaac

El interior de San Isaac te dejará realmente sin palabras, tanto por el tamaño (tiene capacidad para 14.000 personas) como por los materiales que se usaron. Todo refulge con mosaicos coloridos, columnas de malaquita y lapislázuli, mármoles de 14 colores diferentes e impresionantes frescos.

Hay 350 esculturas de santos, ángeles y apóstoles en nichos decorando las bóvedas y tambores de las cúpulas. Las paredes están decoradas con 103 frescos y 52 enormes mosaicos que totalizan 500 metros cuadrados.

El bellísimo fresco de la cúpula central representa a María rodeada por los santos. Desde el centro de la cúpula pende una paloma.

La "joya de la corona", que a la vez es una excepción en una iglesia ortodoxa, es el brillante vitral del altar central, llamado "La Resurrección de Cristo".

Museo de San Isaac

En 1928 se inauguró el Museo con la exhibición "Historia de la construcción de San Isaac".

En 1931, durante el gobierno del Sóviet, la iglesia fue inaugurada nuevamente como Museo Estatal Antirreligioso. La paloma de la cúpula fue retirada y reemplazada por el Péndulo de Foucault más grande del mundo. En 1937 pasó a ser considerada un monumento arquitectónico.

Durante la Segunda Guerra Mundial todo el exterior fue pintado de color gris, para evitar que la catedral fuera blanco de los bombardeos, y se usó como depósito para resguardar obras traídas de otros museos y los sitios imperiales.

Entre 1945 y 1963 el edificio fue restaurado. Reabrió al público, como museo, en 1948, con exhibiciones relacionadas con la construcción y reconstrucción de la iglesia y el Péndulo de Foucault.

En 1963 pasó a ser una de las sedes del Museo de la Historia de Leningrado.

Actualmente se realizan exhibiciones, conciertos y eventos culturales. Sólo se celebra misa en ocasiones muy especiales. 

La Plaza del Senado y el Jinete de Bronce

Frente a la Catedral de San Isaac está la Plaza del Senado, cuyo nombre verdadero es Plaza de San Isaac. Cuando fue inaugurada, en el siglo XVIII, funcionaba allí un mercado.

Cuando se construyó el edificio del Senado se la llamó Plaza del Senado, y en 1925 se la rebautizó como Plaza de los Decembristas, en conmemoración de la Revolución Decembrista de 1825.

En la plaza se alza uno de los monumentos más importantes de San Petersburgo, el Jinete de Bronce. Se trata de una estatua ecuestre de Pedro I (la primera estatua ecuestre de la ciudad) que Catalina la Grande mandó construir para honrar a su predecesor.

Siendo una princesa alemana, Catalina no tenía derecho al trono de Rusia por nacimiento y este homenaje al zar anterior era una forma de establecer una continuidad. De ahí la leyenda que hizo inscribir en la base de la estatua: "Para Pedro Primero de Catalina la Segunda".

El monumento, diseñado por el escultor francés Etienne Falconet y construido entre 1768 y 1782,  presenta a Pedro I montado en su caballo,  guiando a su país hacia el futuro. El caballo rampante pisa con las patas traseras a una serpiente, que representa a los enemigos de Rusia. Jinete y caballo están sobre una enorme piedra que representa un risco. Todo el monumento mide seis metros de altura.

La estatua se llamó originalmente "Estatua de Pedro el Grande". El nombre actual se debe a uno de los grandes escritores rusos, Alexander Pushkin, quien en 1833 escribió un poema épico titulado "El jinete de bronce". El protagonista del poema es un joven llamado Yevgeni, quien durante la gran inundación de 1824 maldice a Pedro I en la figura de su estatua, por haber construido la ciudad en un lugar poco seguro. Jinete y caballo cobran vida y persiguen al joven por la ciudad.  

La Piedra de Trueno

Tan impresionante como el monumento en sí es la historia de la base de la estatua. Esta enorme roca de granito rojo de 1500 toneladas, una pieza entera, es conocida como "Piedra de Trueno" y fue llevada seis kilómetros desde el Golfo de Finlandia hasta San Petersburgo sólo con fuerza humana, montada en una especie de trineo que rodaba sobre esferas de bronce. El traslado llevó nueve meses y trabajaron en él cuatrocientos hombres. En total, desde que comenzaron los trabajos para desenterrar la roca hasta que llegó a su destino final, pasaron dos años.

Se dice que es la piedra más grande movida por el ser humano, y la realidad parece confirmarlo: es mucho más pesada que la Piedra de Occidente del Muro de las Lamentaciones o la Piedra del Sur de Baalbek, Líbano y que otros monumentos de piedra. 

La leyenda del Jinete de Bronce

Una leyenda dice que, mientras el Jinete de Bronce permanezca en su lugar, San Petersburgo no será tomada por sus enemigos. De hecho, la estatua de Pedro I sobrevivió sin daños a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y al terrible Sitio de Leningrado con ayuda de los habitantes, que la cubrieron con bolsas de arena y una cubierta de madera.

Visita la Catedral de San Isaac

Si tienes tiempo suficiente para dedicarle una visita completa, por dentro y por fuera, no dudes en hacerla. Pero si tu itinerario está ajustado, al menos no te pierdas su maravilloso exterior. Puedes apuntarte a un free tour por la ciudad y llegar hasta allí en compañía de un experto que te cuente todos los detalles. Durante el paseo, que solo dura dos horas y media, verás también el Palacio de Invierno, el Hotel Astoria, la Puerta de los Atlantes y otros clásicos de la ciudad. 

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