Palacio Belvedere

Esta obra de arte barroca fue enviada a construir por el Príncipe Eugenio de Saboya como residencia de verano y espacio de festejos en el siglo XV, situándolo por delante de donde aquel entonces eran las puertas de la ciudad. Tras la muerte de Eugenio, este lugar pasó a ser propiedad de la emperatriz María Teresa.

En la actualidad, este espacio utilizado como museo está compuesto por dos palacios (Belvedere Superior y Belvedere Inferior) los cuales se encuentran unidos mediante un enorme jardín francés.

Belvedere Superior

En ambos espacios se alberga arte austríaco proveniente desde la época medieval al presente. El Belvedere Superior es el edificio principal que dispone de una fachada más elaborada. Allí se expone la galería austríaca de los siglos XIX y XX, destacándose las obras de Gustav Klimt con los retratos “El beso” y “Judit”. Además de la increíble colección de pinturas, llama la atención el espacio conformado por la sala Terrena, la capilla y el salón de Mármol.

Belvedere Inferior

En el Belvedere Inferior encontramos un edificio de menor tamaño y con una fachada menos llamativa. Aquí se encuentran la Sala de los Grotescos, la Galería de Mármol y el Salón de los Espejos, espacios sorprendentemente delicados en los que tienen protagonismo artistas y escultores que dieron forma a la ciudad durante la Edad de Oro de Viena (1683- 1780). Junto a este edificio se encuentra La Orangery, un elegante edificio que era utilizado como invernadero por la familia imperial y hoy en día es sede de diversas exposiciones.

Visita el Palacio Belvedere

Por las colecciones que alberga, el Palacio Belvedere es una visita clave para los amantes del arte. Sin embargo, como su interior ha sido remodelado por completo para convertirse en museo, no es el mejor lugar para admirar la arquitectura de palacio. Si quieres disfrutar el estilo palaciego vienés, es mejor visitar por dentro el Palacio de Schönbrunn o el Palacio de Hofburg, y conocer el Belvedere solo por fuera.

Para eso, puedes, por ejemplo, conseguir billetes del autobús turístico de Viena y admirar el exterior del Palacio Belvedere y sus jardines antes de continuar tu recorrido por otros esenciales de la ciudad, como la Plaza de los Héroes o la Ópera.

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