Pisa, a poco más de 100 kilómetros de Florencia, tiene mucho más que ver que la famosa Torre Inclinada. Tanto esta ciudad como Lucca presentan innumerables ejemplos de un estilo arquitectónico particular, el románico pisano, caracterizado por el uso del mármol blanco.
Historia de Pisa
Aunque no hay datos exactos, se supone que fue fundada en el siglo VI AC por los ligures, a orillas del Arno, y luego ocupada por los etruscos.
En el siglo XI se había convertido en uno de los puertos comerciales más importantes de la región, desde el cual partían barcos mercantes al resto de Europa y Oriente. Junto con Amalfi, Venecia y Génova, era una de las cuatro Repúblicas Marítimas de Italia. También era un importante centro cultural.
La mayoría de los monumentos y edificios históricos fueron realizados en esta época de esplendor.
Su posición privilegiada llevó a Pisa a constantes batallas con ciudades vecinas y fue conquistada por Génova, que la vendió a Florencia en el 1406. Recuperó su independencia entre 1494 y 1506, y fue reconquistada por Florencia en el 1509.
Con la llegada de los Medici al poder, la ciudad de Pisa tuvo su propio renacimiento y se levantaron muchos edificios, hoy históricos. También el Duque de Lorena contribuyó a este crecimiento.
La Torre de Pisa
La famosa Torre Inclinada, símbolo de Pisa, es el Campanario del Duomo de Pisa. Está ubicado detrás de la Catedral, en el Campo dei Miracoli. Se comenzó a construir en 1173, aunque las obras debieron detenerse debido al hundimiento del terreno.
Fue terminada en el 1350, aligerando el peso de los materiales del lado de la inclinación. En el siglo XVI se hizo un refuerzo de la base, aunque la torre continuó inclinándose. En 1990 se cerró al público, y se reabrió en el 2002, después de lograr enderezarla casi 40 centímetros. A la parte más alta de sus 55 metros se llega por una escalera de 249 escalones.
La Torre forma parte de un conjunto monumental, junto con la Catedral, el Baptisterio y el Camposanto, todos ubicados alrededor del Campo dei Miracoli.
Qué ver en Pisa
Catedral de Pisa
El Duomo di Pisa, Catedral de Santa Maria Assunta, fue fundada en el 1064, el año de la victoria contra los sarracenos. Parte del botín conseguido en esa guerra fue invertido en la construcción de esta iglesia. El arquitecto Buschetto quiso representar en su exterior a todos los grupos que formaban la comunidad civil y religiosa de la ciudad, y recordar sus orígenes.
De allí que haya inscripciones alusivas a la actividad marinera, mármoles blancos provenientes de ruinas romanas y elementos decorativos originarios de la arquitectura árabe. Las puertas de bronce son obra de Giambologna, y en el interior se levantan columnas corintias de granito, provenientes de la mezquita de Palermo. Su interior estaba decorado con obras renacentistas, pero casi todo se perdió en un incendio en 1595. El púlpito tallado fue realizado por Giovanni Pisano entre 1302 y 1310.
Baptisterio y Campanile
Fue fundado en 1152. En su construcción participó toda la población. La loggia y las dos plantas superiores fueron obra de Nicola y Giovanni Pisano. Nicola Pisano también es el autor del púlpito. Como el Campanile y otros edificios de Pisa, el Battistero sufrió problemas estructurales, por la composición del suelo, que fueron solucionados en los siglos siguientes. El Battistero mide unos centímetros más que el Campanile, y tiene 100 metros de diámetro. Presta atención al maravilloso eco que se produce dentro del Baptisterio. Si tienes suerte, es posible que el guardia del Baptisterio haga una demostración para los visitantes.
Camposanto
Es el cementerio monumental de Pisa, diseñado por Giovanni de Simone y fundado en 1227. Se trata de una larga nave con muros formados por 43 arcos ciegos, de mármol blanco, cuyo interior está decorado con frescos de artistas renacentistas.
Piazza dei Cavalieri
Está en la parte medieval de la ciudad. Allí se levanta la estatua de Cosme I Medici. Sobre la plaza están el Palazzo dei Cavalieri, con su fachada decorada con bustos de integrantes de la familia Medici, y el Palacio del Reloj, construido por Vasari en 1607 sobre un edificio medieval, del cual se conservaron dos torres. También proyecto de Vasari, de 1565, es la Iglesia de Santo Stefano, sobre la misma Plaza.
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