Castillo de Rosenborg

Christian IV tenía un particular interés en la arquitectura que lo llevó a remodelar muchos edificios de gran porte durante su reinado, como el castillo de Frederiksborg y la fortaleza de Kronborg, y a construir muchos otros, como Kastellet y el hermoso Rosenborg, que nació por el deseo del rey de contar con una residencia más moderna que el medieval (y anticuado para su gusto) castillo de Copenhague.

De castillo de verano a residencia predilecta

Si bien el castillo nació como una edificación humilde para los días de verano, en el curso de 28 años fue desarrollándose hasta tomar su forma actual en 1633. Christian IV terminó amando esa residencia tan intensamente que en su lecho de muerte ordenó ser transportado a Rosenborg para pasar allí sus últimos días.

El castillo pertenece al particular estilo renacentista danés y destaca por sus altas torres y paredes de ladrillo ornamentadas con piedra arenisca.

Piezas de colección

Rosenborg tiene una larga vida como guardián de piezas de colección. Desde los atavíos de equitación y las armas de Christian IV, pasando por la cristalería y la porcelana de Federico IV hasta las obras de arte de los duques de Holstein y las joyas de la corona danesa, entre muchas otras reliquias y objetos reales, todo descansa tras sus puertas, que desde 1838 están abiertas al público.

En la actualidad, los visitantes pueden viajar en el tiempo a través de los objetos y piezas que pertenecieron a las familias reales y hacerse una clara idea de la forma en que vivían cotidianamente y celebraban ocasiones especiales.