Catedral de Nápoles

Nápoles es famosa por sus hermosos edificios religiosos, como la iglesia de Gesù Nuovo o la Basílica de Santa Clara. Entre todos ellos, destaca la Catedral, también conocida como el Duomo di Napoli. La catedral es una de las mejores cosas que ver en Nápoles por su historia, por su arquitectura y por los tesoros que guarda en su interior, como una serie de frescos de Luca Giordano o los restos de la basílica paleocristiana de Santa Restituta. Vamos a ver todo en detalle.

Breve historia de la Catedral de Nápoles

Carlos I de Anjou fue quien ideó construir la catedral, sin embargo, murió antes de poder llevar a cabo el proyecto. Fue su hijo, Carlos II de Anjou, el que comenzó la construcción en 1299, aunque también murió antes de verla terminada. Recién en 1313, bajo el reinado de Roberto de Anjou, fueron terminadas las obras.

Ahora bien, si llevamos la mirada aún más atrás, descubriremos que el lugar donde se levanta la catedral fue utilizado como espacio de devoción desde tiempos remotos. La basílica de Santa Restituta, el primer templo del que se tienen registros, y del que aún podrás ver restos, data del siglo IV d. C. Y hay evidencia que hace pensar a los especialistas que en ese mismo lugar se levantó en tiempos romanos un templo al dios Apolo.

Después de su inauguración como catedral consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, la construcción fue remodelada en numerosas oportunidades a lo largo del tiempo. Tuvo que ser parcialmente reconstruida después de los terremotos de mediados del siglo XIV, fue aggiornada en estilo barroco en el siglo XVII y nuevamente restaurada en el siglo XX después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.

Una visita a la catedral es como un recorrido por la historia de la arquitectura europea: desde el gótico al neogótico, pasando por el Renacimiento y el barroco.

Basílica de Santa Restituta

Después de cruzar una puerta en la nave izquierda de la catedral te encontrarás en la basílica de Santa Restituta, una zona arqueológica que te transportará al pasado paleocristiano, y donde también hay restos del baptisterio de San Giovanni in Fonte, el más antiguo de Occidente. La basílica fue incorporada a la catedral y sufrió una serie de modificaciones. Por ejemplo, sobre sus columnas originales se construyeron arcos góticos. El techo, por su parte, fue decorado con una obra de Luca Giordano.

Capilla Real del Tesoro de San Gennaro

Desde la Catedral puedes acceder a la capilla de San Gennaro, donde se guardan las reliquias del santo y un maravilloso tesoro. La capilla es de un precioso estilo barroco y en su decoración trabajaron los artistitas más sobresalientes de la época. Los frescos, mármoles y estatuas que hay allí son verdaderamente increíbles.

Pero eso no es todo. El tesoro de San Gennaro está compuesto también por una serie de valiosísimas joyas. Entre ellas destacan el collar, realizado con diamantes, esmeraldas, rubíes, zafiros y otras piedras preciosas, y la mitra, uno de los objetos preciosos más valiosos del mundo.

La mitra de San Gennaro en números

• 3964 piedras preciosas
• 198 esmeraldas
• 168 rubíes
• 3328 diamantes
• 18 kilos de peso
• Más de 50 joyeros trabajaron en su confección
• 1 año tomó el ensamblado de la pieza