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La iglesia de Santo Tomé fue fundada como parroquia tras la reconquista cristiana de la ciudad por el rey Alfonso VI en el 1085. Se han encontrado textos que la citan y la definen como un pequeño solar construido sobre una antigua mezquita del siglo XI.
No sería hasta finales del siglo XIV cuando Gonzalo Ruiz de Toledo, el conde Orgaz, la reconstruyó desde su estado ruinoso, y le añadió su actual campanario cristiano al alminar musulmán.
A principios del siglo XVI, se reformaron otras partes de la iglesia: se amplió la capilla mayor, y se cubrió con bóvedas de crucería de estilo gótico. A lo largo de los años, la iglesia de Santo Tomé fue reformándose para reforzar partes que estaban débiles. En el 1972, con el fin de no alterar su vida litúrgica, ciertas zonas se acondicionaron como museo de las pinturas que hay en ella del Greco, con una entrada independiente para los visitantes.
La torre de la Iglesia de Santo Tomé es uno de los elementos más destacados. Es de planta cuadrada, y es un clarísimo ejemplo del arte mudéjar toledano, con un tipo de mampostería y ladrillo que afortunadamente se conserva muy bien, e incrustaciones de cerámica vidriada que le dan un aspecto suntuoso y elegante.
La torre es el elemento que se preserva de la antigua iglesia primitiva. Conserva sus muros y piezas, que fueron labrados durante la época visigoda. Una de las características que más llama la atención son sus ventanas con arcos de herradura, y los frisos de arcos ciegos polilobulados que están sostenidos por pequeñas columnas de cerámica vidriada.
Aunque no conocemos con exactitud los orígenes de la construcción de esta zona tan bonita de la iglesia, las primeras noticias de su construcción datan de 1483. A pocos metros, Juan Guas estaba construyendo el monasterio de San Juan de los Reyes por encargo de los Reyes Católicos. Esta capilla de estilo gótico es también un buen ejemplo de construcciones arquitectónicas complejas.
Actualmente hay un retablo del siglo XIX con pinturas de Vicente López, que habla de la Incredulidad de Santo Tomás. Desafortunadamente, y aunque el retablo actual es una maravilla, el primitivo se perdió.
La capilla de la Concepción es uno de los espacios más representativos de la iglesia. Fundada por Pedro de la Fuente, es el lugar donde el señor Orgaz fue sepultado, además fue reformada en 1586 para incorporar en ella el famoso cuadro del Greco: El entierro del conde de Orgaz.
El cuadro es un óleo sobre lienzo pintado por el Greco entre los años 1586 y 1588, y se considera una de las mejores obras del autor. La iconografía representa un milagro, en el que San Esteban y San Agustín bajan de los cielos para enterrar al señor de Orgaz en la iglesia Santo Tomé, debido a su vida de devoción, fe y humildad. Este tema queda perfectamente explicado mediante la división de dos dimensiones:
Ten en cuenta que para acceder al recinto donde se encuentra el cuadro del Greco, tendrás que bordear la iglesia Santo Tomé hasta llegar a la Plaza del Conde, ahí encontrarás las taquillas para entrar a verla. Si quieres entrar a la Capilla Mayor de la Iglesia, tienes que subir por la Travesía del conde hasta llegar a la puerta principal de la iglesia.
Para no perderte ningún detalle de interés, tanto de la iglesia como de la pintura, te recomendamos hacer el recorrido junto a un guía experto. Por ejemplo, puedes apuntarte a un muy interesante Tour por el Toledo de las Tres Culturas y visitar, además de la iglesia de Santo Tomé, la Mezquita del Cristo de la Luz y la Sinagoga de Santa María la Blanca. Descubrirás la huella del cristianismo, la cultura árabe y el judaísmo en tres de los principales atractivos de Toledo.
Otra opción es apuntarte a esta completa excursión por los monumentos de la ciudad, que incluye la visita a la iglesia de San Ildefonso, la iglesia de El Salvador, el Monasterio de San Juan de los Reyes y la Sinagoga de Santa María la Blanca. ¡Elige el que prefieras!
Del 1 de marzo al 15 de octubre, de 10:00 a 18:45 h.
Del 16 de octubre al 28 de febrero, de 10:00 a 17:45 h.
Cerrado el 1 de enero y 25 de diciembre.
Entrada general: 3,50 €
Entrada reducida: 2,50 €
Gratuita para niños de hasta 10 años y para residentes de Toledo que puedan acreditarlo.
Plaza del Conde, 4, 45002 Toledo.
Autobús: L5D, L11, L61, L62, L94.
