Foto de Carla Fernández Andrade
Pamukkale: las puertas del infierno y un castillo de algodón
En el sudoeste de Turquía se encuentra la provincia de Denizli. Allí, en la llamada Región Egea, corre el cálido río Büyük Menderes, que desemboca en el Mar Egeo. La temperatura en esa región es agradable durante todo el año. Pero, además, Denizli tiene un atractivo adicional: Pamukkale, el “castillo de algodón”.
Pamukkale, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988, es una formación natural de terrazas de piedra caliza y travertino, una roca sedimentaria que se forma por el depósito de agua caliente con alto contenido de bicarbonato y calcio, proveniente de vertientes naturales cercanas.
En la zona hay 17 vertientes, en las que la temperatura del agua oscila de los 35º C y los 100º C. El agua corre por canales a lo largo de 320 metros, hasta llegar a las terrazas, y se derrama por éstas en forma de cascada, llenando las piscinas naturales formadas en cada nivel. Según recientes descubrimientos, las vertientes se originan en una cueva ubicada en medio de unas ruinas cercanas, llamada, desde la antigüedad “Puerta de Plutón”, ya que se suponía que era una entrada al inframundo.
Con el tiempo, los minerales del agua se van solidificando, recomponiendo las paredes de las terrazas existentes, y formando nuevas. Los colores de las paredes van del más puro blanco a un suave color crema.
Los reflejos del sol en las bellas terrazas de travertino y en el agua acumulada crean una atmósfera mágica. Un dato adicional: si miras el agua con gafas de sol polarizadas, la verás de un increíble color azul.
Junto a estas terrazas se encuentran las ruinas de Hierápolis, una antigua ciudad greco-romana, en la que había grandes baños alimentados por las aguas de las mismas vertientes naturales que hoy alimentan Pamukkale.
La majestuosidad de este paisaje puede verse incluso desde el otro lado del valle, donde se encuentra la ciudad de Denizli, a 20 kilómetros de distancia.
Si viajas a Estambul, te recomendamos que dediques un par de días a recorrer Pamukkale y sus alrededores. Muy cerca de Pamukkale se encuentran Esmirna y Éfeso, dos sitios históricos de Estambul que también merecen ser visitados.