El viaje interminable de la familia argentina en su carricoche

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Hoy vamos contaros un bonito cuento. Tomar asiento. Bajamos las luces, abrimos las cortinillas del teatro de los títeres y escuchamos:

–  Once upon a time…

No… Suena demasiado guiri cuentacuentos. Empecemos otra vez. Mejor pinchamos esta música molona para ambientar y buscamos un estilo más clásico (atención a las chicas del canto que al final remontan):

-Erase que se era una pareja argentina que un día empezó a recorrer América, de norte a sur, y de este a oeste, con su viejo carricoche de los años 20.

Pues bien, amiguitos, mientras dibujaban caminitos de hormiga con su carricoche por la barriga del globo terráqueo Cande, que así se llamaba la princesita del cuento, tuvo a Pampa, su primer hijo. Y tanto fue el goce de Cande y su marido Hernan, el caballero azul, que le tomaron afición y empezaron a tener un garbancito en cada país rollo amish cool retromoderno.

El susodicho Pampa, nació en Carolina del Norte, USA. Tehue, su segundo hijo, en Buenos Aires, Argentina. Paloma en Vancouver, Canadá. Y el último gorgorito (que de momento la matriz globalizadora de Cande se ha tomado un respiro) Wallaby, entre Australia y el Mar del Coral.

¿Os va molando el cuento? A mi sí. Mucho más que ‘Los tres cerditos’ o ‘El Soldadito de Plomo’ (que no sé yo si estarán basados del todo en hechos reales como nuestra historia).

Esta familia argentina viajera continua en ruta. En su última etapa salieron de San Francisco y llegaron a Australia. Y aunque el carricoche se les está llenando como el camarote de los Germanos Marx, recorrieron felices Nueva Zelanda, Corea de Sur, Japón, Filipinas, Indonesia, Borneo, Brunei, Singapur, Tailandia, Camboya, Laos, China, Tibet, el pie del Everest y ahora encaran hacia la India.

Los garbancitos en el carricoche

Casamiento Musulman, Brunei

El carricoche en el puerto de Isla de Sumatra en Indonesia

Chicos Monjes, en Laos

En las montañas a 5231 metros

La mamá de los garbancitos con peregrinos del Tibet

A los pies del Everest, la familia al completo.

Podéis pasar las siguientes páginas del cuento en su web.

Probar a dormir a vuestros hijos con el cuento de la familia argentina del carricoche. Nada mejor antes del sueño que enterrar en su imaginación un tesoro lleno de sueños.

Y colorín colorado este cuento que no transcurre ni en París, ni en Berlín, ni en Estambul, sino mucho más lejos, en el Sudeeste Asiático, se ha terminado, y este metabuscador de viajeros for the face también.

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